INTRODUCCIÓN DEL CURSO
Las sondas enterales son de los dispositivos más utilizados en las Unidades de Neonatología. Es muy común encontrar varios neonatos con una sonda colocada, ya sea por inmadurez para conseguir una alimentación oral óptima, como es el caso de los recién nacidos prematuros, o por un estado clínico en aquellos neonatos a término que les impide un suministro suficiente de nutrientes por vía oral. Todos ellos, precisan del uso de una sonda digestiva para poder suplir o complementar su nutrición enteral.
El riesgo de interactuar diariamente con estos dispositivos es que podemos llegar a utilizarlos de una manera ‘mecánica’ o ‘automatizada’ sin preguntarnos previamente, si el protocolo que seguimos está basado en la evidencia científica, o si los cuidados los realizamos simplemente porque, tradicionalmente, se han llevado a cabo de esta forma.
Al contrario de lo que podamos pensar, sí existe multitud de bibliografía con referencia a los distintos tipos de sondas disponibles o la forma en la que debemos medir la longitud a introducir de una sonda gástrica; pero cuando nos disponemos a buscar información sobre los cuidados diarios de estos dispositivos tales como el lavado de la sonda o la comprobación de su ubicación, existen muchas controversias sin llegar a un consenso claro sobre cuál es la técnica ideal.
Con el objetivo de intentar arrojar algo de luz a los debates que pueden aparecer en estas unidades sobre el cuidado de las sondas enterales, se explican en este documento las técnicas que cuentan con la mayor aprobación y justificación de la evidencia científica más actual.